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domingo, 18 de mayo de 2014

Un fantasma en el living

Todavía recuerdo el día en que lo conocí... (aunque más bien ya era de noche) ... recuerdo como el devenir de las casualidades fueron haciendo que sin saber cómo estuviéramos desayunando juntos, cenando juntos, yendo a tomar el mismo tren que alguna vez nos hubiera llevado a ese mismo punto de partida donde nos conocimos. Recuerdo haber sido una de las primeras personas en leer sus cuentos y recuerdo ese mensaje de texto donde me decía "No puedo dejar de sonreir" ...
Años pasaron... en los que intentaba explicarme a mí misma porque a pesar de ese vínculo nunca había querido tocarme... y llegué a la conclusión de que era un fantasma, eso mismo, un espectro encantador que se hacía presente y de algún modo pedía ayuda para poder liberar su alma de los males que le atormentaban. Y eso intenté durante mucho tiempo, genuinamente y creyendo en cada uno de mis gestos un acto de verdadero y desinteresado AMOR... hasta que no pude más y decidí separarlo del ámbito de los vivos, intentar olvidarme su cara, su nombre,sus casas, sus cuentos, su voz ... empecé a pensar que tal vez me lo hubiera inventado, como esa fase transicional donde los niños pequeños tienen amigos imaginarios... Y al tiempo me dí cuenta que si yo dejaba de buscarlo, el fantasma no aparecía... que había sido yo la que siempre salía a su encuentro y que ahora mi silencio me estaba dejando en evidencia. Lo entendí. Creí entenderlo y viví todo este tiempo casi sin tener recuerdos sobre él...

Hoy sin saber cómo ni porqué... apareció en el living de mi casa; sentado en el suelo, mirando fijo, iluminado por la misma lámpara que hoy ocupa ese mismo lugar en esta casa en la que él jamás se enteró que yo iba a estar viviendo ahora...

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