Otra vez

Una, dos palabras, trece palabras... en un océano cuasi infinito de posibles palabras... Resonando de una manera perturbadora y tortuosa, desencadenando otro vómito mental de otras quinientasmil palabras tropezándose a su paso y peleándose por ver cuál llega primero. Será de dios o del diablo q en estos casos siempre ganen las peores?? Las q abren la compuerta maldita, esa q me costó noches y noches de insomnio cerrar para poder cerrar también los ojos un rato...

Tengo a prender de nuevo cómo frenar esto y ni siquiera sé cómo se frena la pierna temblequeando a una velocidad poco verosímil el ritmo de la cantidad de palabras por segundo q vienen a molestarme. No hay un lugar al q pueda ir...
Dónde quedaron las otras palabras?? Ahora las necesito... no pueden quedarse atrás tan lejos!! Me oyen?? Tienen q llegar por favor...
Las espero...
No tarden

Tal vez este no sea un buen ejemplo (o tal vez sea jodidamente bueno)

Las cosas nuevas

Hace rato vengo sospechando que sobre lo nuevo poco tiene que ver la cualidad del objeto, situación, lugar o circunstancia como novedad... Es la capacidad de admirar o sorprenderse lo que hace que las cosas sean nuevas. Y ahí... en medio de ese aprendizaje... el algo sin nombre me increpa, me cuestiona y hasta podría decir que me provoca con situaciones que hacen tambalear lo que yo creía ya conocido y calificado hace rato... entonces una forma, una sonoridad, una ropa, un vehículo, un lugar, una comida, un objeto ... ya no son nada de lo que yo pensaba... Y no solo eso! También me di cuenta que ya no estaban en el estante donde los había dejado... En un momento tuve ganas de huir, salir corriendo y pretender que nada de eso estaba pasando y que todo estaba en orden... pero no. Entonces decidí volver y tratar de contestar sus preguntas respirando muy hondo en las pausas.

- "No solés ser así de callada" me dijo casi burlándose de mi miedo...
-"No" le dije "pero acá estoy, no me fui a ningún lado"
- "entonces contestame ...Qué hace un chico de alpargatas con una chica de borcegos?"
Hice un silencio... y me tomé mi tiempo para contestar:
- "...se sacan las alpargatas, los borcegos...se sacan todo el resto de la ropa y los prejuicios, ...los dejan a los pies de la cama ... Y hacen La Revolución"

El algo sin nombre se quedó callado... y dejó de molestarme, al menos por esa noche y las siguientes noches no volvió a molestarme. Al otro día me dí cuenta que todo este tiempo sólo me había estado molestando para enseñarme una lección...

http://www.youtube.com/watch?v=BsB_tsS7mbo