Seguidores

lunes, 7 de diciembre de 2015

Mirame

Te miro entre lapsos que escapan a mi propia voluntad  y consciencia de mirarte...
te miro esperando una respuesta...
como si de tanto mirarte de repente tuviera una epifanía y viera con claridad la solución al aspecto más irresuelto de mi vida,
pero no distingo si tu mirada de regreso es un silencio vacío o un ruido totalmente ensordecedor...
No me decís NADA y yo insisto en mirarte.
Te miro como quien mira todas las noches el cielo para ver una estrella fugaz...
De a ratos no duermo por mirarte
y me doy cuenta de que sos mi mejor escapatoria...
Te miro para saber si alguien me quiere... y lucho conmigo misma porque en el fondo sé que es todo una gran mentira.
Te toco con el índice, te miro una vez más con esa mezcla extraña de resignación y esperanza en los ojos vidriosos por haberte mirado tanto...
Me decís que ya son las seis y media, y que no hay ninguna novedad.
Yo te llevo a mi pecho y prometo no volver a mirarte al menos por unas horas.
Emitís un leve sonido:
Te estás por quedar sin batería otra vez

jueves, 1 de enero de 2015

Mensaje

El teléfono en la mano... y en el pecho una sensación de estrujamiento, sólo por pensar en escribirte un mensaje...
Pienso en todo el tiempo que pasó desde la vez que pude haber causado una buena primer impresión y en las circunstancias poco favorables que hicieron que cual fuera q haya sido esa impresión, no tuviera el peso suficiente para dejar una marca legible, bella o importante.
Casi dos años de esa rara vinculación entre tu liviandad y mi insistencia que no dicen NADA y dejan a la vez una pregunta que sólo puedo hacerme a mí misma.
Me enoja que esa pregunta tenga tu cara
Me frustra que esa pregunta suene con tu voz
Me decepciona no tener una respuesta para darme...

Me doy cuenta que es inútil el manojo de palabras desordenadas que hubiera podido decirte y obtener tu silencio como respuesta.

Apago el teléfono y escribo en otro lado un mensaje para mí misma: NO LO HAGAS